El relieve africano se organiza en torno a una gran placa tectónica, muy rígida y muy antigua. Así, predominan en África las grandes llanuras. Se puede considerar que existe una gran meseta africana que se extiende por la mayor parte del continente, desde el sur de África hasta el mar Rojo. Pero existen otras como la meseta de Bié (Angola), la meseta del Darfur (Sudán), la meseta de Jos (Nigeria) y la meseta de Gilf Kebir (Libia-Egipto-Sudán).
La gran singularidad del relieve africano es la existencia de una zona de separación de placas tectónicas: la placa arábiga y la placa somalí. Es el conocido como valle del Rift, que comienza al sur de los Grandes Lagos y se prologa por el mar Rojo, hasta el mar Muerto. Este valle da nombre a este tipo de contactos entre placas en todo el mundo. Es una zona propensa a los terremotos y a los fenómenos volcánicos.
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